¡Hola! En este blog os vamos a hablar sobre el tren de aterrizaje de los aviones.
Se trata de un elemento imprescindible, una vez más podemos decir que con la invención de la rueda empezó todo.
Su industria mueve cifras asombrosas, tanto en I+D como en producción y por supuesto en beneficios. Leemos y escuchamos mucho sobre las ruedas, que si blandas, que si duras, que si de mojado o de seco... sin duda las competiciones automovilísticas y de motocicletas nos han dado a conocer un mundo sin fin donde el tipo y marca de neumático se ha convertido en un arma imprescindible para competir con garantía de éxito.
Pero vayamos a lo que nos compete.
Se le denomina tren de aterrizaje al conjunto de ruedas y estructura que las soporta situadas en la parte inferior del fuselaje. Unas más pequeñas situadas en la parte delantera, prácticamente debajo de la cabina de pilotaje llamadas “ruedas de morro” y otras de mayor tamaño situadas en el centro del avión denominadas “tren principal”.
La función del tren de aterrizaje es doble, por una parte, se utiliza para el desplazamiento de los aviones en tierra por las calles de rodaje y por la pista con la intención de despegar y aterrizar. Y ,por otra, la de amortiguar la energía del impacto cuando el avión toma tierra en el aterrizaje.
En los primeros aviones poco aerodinámicos y veloces, las ruedas y todo el tren iban totalmente descubiertos, dado que no importaba la mayor resistencia aerodinámica que ofrecían, pero conforme la velocidad fue aumentando surgió la necesidad de esconderlo y nació así el tren retráctil. 'La de sustos que nos ha dado el ruido que genera cuando lo desplegamos para el aterrizaje!
A modo de curiosidad leed algunos datos sobre los trenes de aterrizaje que probablemente os dejen sorprendidos y nos reafirmen a nosotros sobre su capacidad para realizar su función de forma segura.
Por ejemplo:
-Dependiendo del tamaño de la aeronave, varía el número de ruedas, así como su tamaño. Un Airbus 320 dispone de 6 ruedas y un Airbus 380 lleva 22.
-Anualmente se producen cerca de 1 millón de neumáticos para la aviación, pero, sin embargo, aunque parezcan muchos, tan solo suponen un 1% de los que se usan en la fabricación de coches.
-Los aviones comerciales no solo vuelan, también recorren sobre tierra unos 8.000 km, y un neumático en su vida útil puede llegar a los 700 km.
-Un neumático puede pasar de los 50 grados bajo cero a los que ha estado durante el vuelo en crucero, a 300 grados positivos durante la frenada en el momento del aterrizaje, de ahí que estén hechos con más de 200 materiales y diversos componentes químicos, que aseguran su eficacia y durabilidad.
-De media un neumático puede realizar unos 350 aterrizajes antes de ser reemplazado por otro nuevo o recauchutado. Un avión de pasajeros tarda entre 4 y 6 semanas en realizar esos 350 aterrizajes.
-Un neumático de un avión comercial de gran tonelaje puede costar unos 4000 euros aproximadamente, sin embargo y pese a su alto coste, no se tienen dudas en reemplazarlos cuando muestran el más mínimo sigo de desgaste o mal estado. Me temo que no sucede lo mismo con los coches particulares pese a la recomendación de los fabricantes.
-Para que nos hagamos una idea definitiva de su capacidad, el peso al despegue de un Boing 747 (Jumbo) puede llegar a los 395.000 kg, lo cual equivale a 400 coches de tamaño pequeño. ¡Todo ello distribuido en tan solo 18!
Sin duda son cifras desorbitantes pero que nos indican el esfuerzo y los recursos que se dedican en pro de la seguridad de las aeronaves y de sus ocupantes.
Como ya se que estáis pensando, vamos a responderos a alguna pregunta recurrente en aquellos que os da miedo volar respecto al tren de aterrizaje es si - ¿fallará el mecanismo que permite bajar el tren?-.
Ese mecanismo generalmente se acciona hidráulicamente, aunque existen también trenes accionados eléctricamente o mediante un sistema neumático. Pero todos ellos tienen en común que disponen de otro incluso dos sistemas aparte del principal conocido como sistema de emergencia, el cual permite desplegar y asegurar el tren y por lo tanto realizar un aterrizaje normal en caso de fallo del sistema principal o primario.
-¿Se acordará el piloto de bajar el tren de aterrizaje?-
Es otra de las preguntas que no faltan en el manual de la persona que sufre aerofobia. Pues bien, es muy poco probable ya que existen también unos avisadores visuales y acústicos que van sincronizados con las palancas de gases, con los flaps, e incluso con el altímetro para avisar al piloto de que el avión no está configurado para realizar el aterrizaje de forma segura y requiere una acción inmediata, evitando así cualquier posibilidad de descuido y por lo tanto una desgracia del todo indeseada.
Y hasta aquí este blog, hasta pronto.
Buenos vuelos.
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