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  • Foto del escritorVive tu Vida

Ser madre.



El otro día celebrábamos el Día de la #Madre. Las redes sociales se inundaban de fotos con ellas y en todas aparecían felices y contentas. Con sus sonrisas perfectas en sus cuerpos perfectos. Los grandes almacenes también se encargaban de publicitar este día, fomentando una imagen ideal de la #maternidad y, por supuesto, ensalzando el gran papel de las madres. Sin embargo la realidad es mucho más cruda. Ser madre, o no serlo, es una gran decisión, personal en un primer momento, y después (mayoritariamente, aunque no siempre) en pareja.


Sin embargo, qué poca formación tenemos en este reto de aprender a ser madres. En la consulta nos encontramos con mucho sufrimiento por el hecho de “no ser buenas madres”. Los estereotipos, la presión social, los roles de género rígidos, nos hace sentir a menudo, culpables. Los errores de los hijos se suelen interpretar en clave de autoatribuciones: “algo he hecho mal...”, sin embargo sus éxitos son fruto de su #esfuerzo y sus #decisiones.


Nos surgen más preguntas que respuestas:


¿Por qué está mal que una madre quiera ser una profesional ambiciosa?, ¿por qué muchas mujeres se sienten culpables si priorizan su carrera profesional sobre el cuidado de su prole? ¿por qué si una mujer decide no tener hijos se la sigue mirando “mal”?, ¿por qué muchas mujeres se sienten estresadas porque no llegan a todo?, ¿por qué muchas mujeres sienten que han sido “engañadas” con esto de la liberación de la mujer y creen que el trabajar fuera y dentro de casa, lejos de ser una liberación es una pesada carga?, ¿por qué nos resulta tan difícil conciliar, salir con las amigas, tener ratos para una misma?, ¿por qué siguen teniendo más carga mental ellas que ellos? etc.


Preguntas nada fáciles de responder. Creemos que una mujer es un sujeto de derechos y deberes, una persona completa en sí misma. Con sus #sueños, sus #creencias, sus #emociones y sus #deseos. Sin embargo, nos encontramos a menudo, que al ser madres, comienzan un itinerario de renuncia, de ceder, de “hipotecar” sus proyectos en favor del cuidado de los otros (no siempre son los hijos), y de mucha vulnerabilidad en sus decisiones personales, como si todo el mundo pudiera opinar sobre ellas, sobre sus cuerpos y sobre sus opciones personales.


Sin duda, hemos avanzado mucho en los últimos años en cuanto a derechos. Pero creemos que la salida de la mujer a la vida pública no puede quedarse ahí, es necesario que también se compartan los espacios privados, la familia, el cuidado de los otros... mientras que no sean proyectos compartidos, decididos entre los miembros de la pareja, la maternidad seguirá siendo una fuente de estrés para muchas mujeres. Por serlo y por no serlo. Eso sí, el “Día de la Madre” todos sonreirán.


Luisa del Campo

CEO Vive Tu Vida Psicología

Psicóloga Col. Nº M-16121

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