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Cómo mejorar la comunicación con los adolescentes.



Durante esta etapa, a menudo, la relación entre #padres e #hijos se vuelve complicada. Nuestro hijo reclama cada vez más #autonomía, y deben empezar a tomar sus propias decisiones. Pero a la vez siguen necesitando nuestro apoyo y afecto.


Los #adolescentes se encuentran en una búsqueda de identidad. Cuanto más sólidos y coherentes sean los modelos y valores que les hemos transmitido desde la infancia, más fácil será esta búsqueda.


Además debemos tener en cuenta otras características propias de la adolescencia:


  • Cambios físicos y psicológicos rápidos, que les lleva a encontrarse inseguros.

  • El encuentro y descubrimiento de la sexualidad.

  • Se observan a sí mismos, y buscan el sentido de las cosas, por lo que a menudo se sienten incomprendidos por todo el mundo.

  • Tendencia a idealizar y al inconformismo.

  • La gran importancia que adquiere el grupo de iguales, donde se sienten apoyados y entendidos.


Para tener una buena comunicación con nuestros hijos, lo primero es tener en cuenta que en función de la comunicación que establezcamos, así va a ser nuestra relación.


Ej.: Si yo hablo con mis hijos gritando, o con constantes críticas o ridiculizo o insulto, voy a establecer una relación agresiva y con falta de confianza.

Cómo establecer una comunicación respetuosa:


  • Implica poder expresar nuestros sentimientos y necesidades, respetando las de los demás, aunque no estemos de acuerdo. Esto no quiere decir, que les vayamos a dar la razón o que les vayamos a dejar hacer todo lo que piden.

  • Hay que empezar por utilizar mensajes en primera persona: en lugar de criticarles por lo que hacen, vamos a expresar cómo me siento cuando ellos hacen algo y que necesitamos que hagan.

Ej.: Cuando te pregunto cómo estás y contestas con monosílabos, me pongo nerviosa y me preocupo, porque no sé si de verdad estás bien, o si tienes algún problema. Necesito que me des una respuesta más detallada,


  • No empezar las frases diciendo “siempre o nunca”: ¡Nunca me escuchas!, ¡Siempre llegas tarde!.

  • Es mejor hablar de una cosa en concreto que haya ocurrido, poner ejemplos. No generalizar.

  • No empezar por “tú” o te: ¡Te he repetido cuarenta veces que…!, ¡Cómo tengo qué decirte!

  • No empezar las conversaciones amenazando: ¡Si no recoges! ¡Si no te pones a estudiar ahora mismo, no sales este fin de semana!


Es mejor empezar por:


  • Cuando veo tu cuarto desordenado me siento…

  • Necesito que encontremos una solución a esto… ¿Qué me propones?

  • En cuanto recojas, puedes hacer…


Es importante tener #paciencia, a menudo los padres, queremos que nuestros hijos se comuniquen con nosotros cuando a nosotros nos viene bien o en el momento preciso que nosotros queremos, y muchas veces hay que esperar a otro momento más adecuado. Cuando estemos todos más relajados. Puede ser en una cena, o haciendo deporte juntos, o a raíz de una película o serie que estemos viendo, etc.


Nuestros hijos necesitan saber que les aceptamos tal y como son, y que los valoramos independientemente de sus actos. Tienen que saber que creemos en ellos y que confiamos en su valía.


Isabel del Campo

CEO Vive Tu Vida Psicología

Psicóloga Col. Nº M-19797

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